MÁXIMO

Juan Carlos Méndez Guédez



A Juan Casamayor


Máximo Díez publicó su primer libro en febrero de 2007. Una colección de relatos alrededor de las fotos de Cortázar, y dos novelas breves: una protagonizada por mujeres desnudas nadando a la medianoche en el Sena, y otra por hombres desesperados que cantaban con voz rota canciones del Binomio de Oro.

Máximo Díez publicó su primer libro en octubre del 2007. Un grupo de aforismos, mezclados con pequeños ensayos, mini cuentos, y una parte de su diario. Textos que guardaban como un hilo común la descripción perenne de las orejas del propio Máximo (grandes, incongruentes) y de la ciudad de Guadalajara.

Máximo Díez desde Bogotá conoció por Internet el libro de Máximo Díez en Guadalajara. Máximo Díez en Guadalajara conoció por Internet la existencia de Máximo Díez en Bogotá.

Pudieron intercambiar un correo electrónico; coincidir en un foro; enviarse una de las antiguas cartas a sus respectivas editoriales. Pero sólo se ignoraron.

Máximo Díez publicó una novela.

Máximo Diez publicó una novela.

Máximo Díez ganó un premio.

Máximo Díez gano un premio.

A Máximo Díez le contrataron un par de novelas en España.

A Máximo Diez le contrataron un par de novelas en España.

Máximo Díez y Máximo Diez fueron invitados a un evento literario en Gijón.

Coincidieron en una mesa redonda; llevaron con humor las constantes confusiones; firmaron los libros del otro; suspiraron una y otra vez al comprobar que los lectores realizaban una reconstrucción entusiasta en la que entremezclaban la obra de ambos.

Una noche varios de los participantes del evento fueron a beber copas.

Máximo y Máximo aguantaron hasta el final. Bebieron y bebieron y nunca llegaron a estar ebrios.

El resto del grupo se marchó.

Quedaron Máximo Díez y Máximo Díez.

Caminaron hasta la estatua de Pelayo. Compartieron cigarrillos, hablaron sobre Kafka, sobre Mann, sobre Estefanía de la Fuente.

Cuando el cielo vibró con un primer resplandor, Máximo y Máximo se colocaron frente a frente.

Máximo y Máximo contemplaron de reojo al cielo.

El sol apareció desde el mar.

Luego sólo se escuchó un sonido.

(inédito)